Paola Tacacho anticipó numerosas veces a las autoridades estatales el crimen que terminó por sufrir el 30 de octubre de 2020, cuando Mauricio Parada Parejas la atacó en la calle, en pleno Barrio Norte de esta capital, y, luego, se suicidió. El 11 de mayo de aquel año, la profesora de Inglés que entonces tenía 31 años acudió por enésima vez a la comisaría I° donde fue atendida de nuevo por el oficial subayudante Hugo Matías Cabeza Ruiz, el mismo policía que había intervenido en la confección de al menos cuatro denuncias previas en la misma dependencia. Ese día, según relató la joven, Parada Parejas había vuelto a presentarse en su edificio, y tocado su timbre y el de los vecinos para tratar de localizarla. Ante Cabeza Ruiz, la docente exigió que los familiares o tutores de Parada Parejas atiendan sus patologías de salud mental, y le provean un tratamiento psiquiátrico o psicológico. “Quisiera que la familia accione y se haga cargo del peligro que significa tener a una persona con tales problemas y antecedentes en libertad. Asimismo, quisiera una orden de restricción de acercamiento como medida de prevención y protección ya que estoy constantemente cruzándomelo debido a que merodea por mi domicilio. Esta persona incluso ya fue detenida por violar una perimetral previa: no me imagino el alcance que pueden tener sus acciones”, había advertido la víctima.
Caso Tacacho I: “que la familia se haga cargo de este peligro”
Tacacho dijo a la Policía que urgía someter a su agresor a un tratamiento psiquiátrico.